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Aleix Aguilà,
dramaturgo, director
y profesor
Formado en el Instituto del Teatro de Barcelona. Licenciado en Comunicación Audiovisual. Algunos de mis textos han sido estrenados en el TEATRE LLIURE ("Filla del seu pare", "Las cosas de la forma") TEATRE NACIONAL ("Orsini") CÍRCOL MALDÀ ("Quietud salvatge", "La ciutat no és vostra"), CÍRCULO TEATRAL, CIUDAD DE MÉXICO ("La noche en que el topo gritó luna") LA NAU IVANOW ("Lulú on the rocks", "Companyia solitària"), LA BIBLIOTECA DE CATALUNYA ("Bolxevics")
Concibo mis talleres como un espacio de investigación teatral, un campo de trabajo donde el alumno, a través de su creatividad y expresividad, es detonante de sí mismo. Sólo él puede decidir hacia dónde va, qué quiere mostrar y por qué. El profesor sólo es guía (o acompañante) hacia su relación con el escenario. Quiere que esa relación funcione sin que el alumno se traicione a sí mismo. Reconociendo y aceptando sus límites. Y lo hace a través del juego, la improvisación, y tomando conciencia del cuerpo y de las emociones. Porque, como en toda relación, la emoción tiene un papel importante; fundamental. Ahí empieza una parte esencial de la investigación: en las emociones, esa caja de herramientas imprescindible para cualquier tipo de teatralidad. Conscientes de ellas podremos hallar la acción escénica. O bien la palabra. Ellas ayudarán al alumno a contar su historia. Un relato. Y sobre esto: ¿Qué acciones elige para construirlo? ¿Qué gesto o movimiento es el más adecuado? ¿Qué objetos necesita? ¿Qué quiere decir el alumno a través de su propuesta? ¿Cómo quiere transmitirlo? Las posibilidades son infinitas y todas surgen de nuestro cuerpo o, quizás, de nuestra presencia en el espacio. ¿Hasta qué punto somos conscientes de ella? ¿Sabemos manejarla? Además de aprender el oficio "jugando", "pasándolo bien" y “creando”, dedicaremos en cada sesión un tiempo a la reflexión. En primer lugar, sobre “lo creado”, “lo estético”, “lo ético”, “lo ideológico” y, en segundo lugar, sobre las imágenes que queremos trasladar al público. Todo para alcanzar el objetivo teatral: estimular la mente del espectador. ¿Cómo llegamos a él? Mis tres premisas son: la búsqueda de su entretenimiento, contar algo que le conmueva y, la guinda del pastel: hacerle reflexionar. Siempre, claro, a partir de lo que nosotros somos y queramos ser.
El arte del teatro es la acción.
El estudio del compromiso.
La palabra como acto.
DECIR la palabra de tal manera que la escuchen y entiendan todos en el teatro es un compromiso:
el arte más elevado ver a un ser humano en un escenario hablando con miles de sus compañeros diciendo:
' Estas palabras que estoy diciendo son la VERDAD,
no una aproximación de ningún tipo.
Son la verdad de Dios, y los apoyo con mi vida.
Eso es lo que hace el actor en el escenario.
David Mamet
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