Es la noche decisiva para Marta. Sebastián –el amo de las tierras y de las personas que las trabajan- ha descubierto las intenciones de Marta de escapar con Manelic -el pastor-; y Manelic las intenciones de Sebastián para seguir teniendo sometida a Marta utilizándolo a él. Su matrimonio ha sido una farsa para que el dueño pueda cobrar unas haciendas y saldar una deuda.

Ahora, Marta, dentro del molino, es prisionera de los campesinos que, siguiendo las órdenes de Sebastián, la han separado de Manelic y lo han tratado como un perro, haciéndolo fuera de su casa. A pesar de ser conscientes de la injusticia y la maldad de Sebastián, no son capaces de enfrentarse a él y retroceden sumisos, para seguir sus instrucciones: impedir que Marta escape con el pastor que ha huido -campo a través- después de un duro enfrentamiento con Sebastián. Los instintos más primarios se han desatado y corren desbocados por la tierra baja.

Aquí empieza Quietud Salvaje, un monólogo libre inspirado en el clásico de  "Terra baixa”. Con una Marta que estaba a un paso de ser libre y dirigiéndose a aquellos que la retienen para acusarles de espectadores pasivos de la tragedia que han permitido durante todos estos años.